El Drawback se presenta como un régimen aduanero estratégico que posibilita la obtención de un reembolso parcial del valor FOB (a favor del beneficiario). Este beneficio se logra mediante la restitución total o parcial de los derechos arancelarios que han gravado la importación de insumos, los cuales son incorporados o consumidos en la producción de bienes destinados a la exportación. Desde el año 2019 hasta la fecha, la tasa de reembolso en el marco del Drawback se ha mantenido en un 3%.

La determinación del valor FOB sujeto a restitución abarca una amplia gama de componentes, entre ellos, los costos de producción, la utilidad, los costos de embalaje, los gastos de transporte interno, los honorarios de agentes de aduana, así como los gastos de carga y manipuleo. Sin embargo, no se consideran para restitución las comisiones ni cualquier otro gasto deducible en el resultado final de la operación de exportación, como intereses por pagos diferidos, costos de inspección, gastos de corretaje, cánones, regalías, gastos posteriores a la exportación y otros similares.

Para realizar solicitudes de Drawback, es fundamental numerarlas dentro del plazo de 180 días hábiles desde la fecha de término de embarque y por montos superiores a US $500. El reembolso se aplicará hasta los primeros US$ 20 millones anuales de exportación de productos por SPA y por empresa exportadora no vinculada. Esto se condiciona a que los bienes hayan sido importados en los 36 meses previos a la fecha de exportación.

Es importante destacar que no podrán acogerse al sistema de Drawback las exportaciones de bienes que contengan insumos extranjeros ingresados al país mediante mecanismos aduaneros suspensivos o exonerados de aranceles, franquicias aduaneras especiales o cualquier otro régimen devolutivo o suspensivo de derechos y gravámenes aduaneros. Este detalle contribuye a garantizar la transparencia y coherencia en el uso de este régimen aduanero.